IN ABSENTIA
(Muerte de la Virgen. Caravaggio)
Para Gabriele Pezone
Un aire tenue flota
fúnebre sobre el cuadro
y hay un silencio antiguo de invierno y abandono
que invade la mirada.
y hay un silencio antiguo de invierno y abandono
que invade la mirada.
A algunos la congoja
les deslumbra en los ojos y se cubren la cara.
Desde su desconsuelo,
la luz fulge en el rostro de la mujer que sueña
con el agua estancada, con sus pozos de sombra.
La pintó Caravaggio.
No estaba muerta: estaba
incorrupta en su tránsito, inmortal en el sueño
del mar o la llovizna, en las alas del tiempo
verde de los ahogados en este Tíber turbio.
Inmortal como aquella mujer de mala vida
que sirvió de modelo.
El arte la redime del olvido y la furia.
Ya el tiempo no la toca.
Es uno de los textos de mi inédito Cuaderno de Italia, dedicado a Marcela Filippi, que aparecerá en Luxemburgo en una próxima entrega de la revista Abril.